viernes, 22 de abril de 2011

Nunca se para de crecer, nunca se deja de morir

"Puede que sea ésta la canción ,
la que nunca que te escribí.
Tal vez te alegre el corazón,
no hay más motivo ni razón
que me acordé de ti.

Eh! buscando lo que fuimos,
un qué será de ti.
Yo me fui, no sé hacia dónde,
sólo sé que me perdí.
Yo me fui no sé hacia dónde,
y yo solo me perdí.

Hay un niño que se esconde
siempre detrás de mí.
todo cambia y sigue igual,
y, aunque siempre es diferente, siempre el mismo mar.
Todo cambia y sigue igual,
y la vida te dará los besos que tú puedas dar.
Todo y nada que explicar,
¿quién conoce de este cuento más de la mitad?
Soy mentira y soy verdad,
mi reflejo vive preso dentro de un cristal.

Todas las cosas que soñé,
todas las noches sin dormir,
todos los versos que enseñé
y cada frase que escondí.
Y yo jamás te olvidaré,
tú acuérdate también de mí.
Nunca se para de crecer,
nunca se deja de morir."

(Fito y Fitipaldis - "Me acordé de ti" ).

La verdad es que llevaba muchísimo tiempo queriendo poner esta canción, me gustan mucho las canciones de Fito pero, el momento en que escuché ésta por primera vez, sentí que describía muchas cosas de mi vida por aquel entonces e, incluso, de algunos de estos días. El aire melancólico que siempre acompaña a muchas de las canciones de Fito impregna esta en gran parte de sus versos y así me llega a mí, reproduciéndose junto con imágenes que creía ya olvidadas de un tiempo que hoy por hoy parece ser muy lejano pero que, en realidad no lo es tanto. Siempre quise escribir una poesía que reflejara todo lo que pude llegar a sentir por ti (aunque fueran malas y las escribiera a modo de "ejercicio" para aclararme el corazón y la mente), componer una canción y. como dice esta misma, "puede que sea esta la canción, la que nunca te escribí". A día de hoy podría continuar con lo que sigue diciendo el propio Fito, que tal vez te alegre pero que el motivo de la misma es porque me acordé de ti... me acordé de ti una vez más.

Sí, me acordé de ti, pensando en hacia dónde fuimos cada uno, hacia dónde he estado yendo todos estos meses que han pasado hasta hoy y llegando sólo a la conclusión que ya tenía hace casi año y medio, que sólo sé que te perdí, sin saber ni cómo ni cuándo. Y he vuelto a recordar en estos días una escena de la famosa serie "Friends" (en el capítulo 5 de la sexta temporada) , donde tras la boda en Las Vegas de Ross y Rachel (y una pequeña movida que sucede después que no voy a contar aquí), finalmente se ven obligados a divorciarse. Hay una frase que jamás podré olvidar de ese capítulo pues siempre que la oigo me evoca muchos recuerdos e intento buscar un por qué a todo, a lo mejor porque las cosas que son sólo sueños no tienen un por qué, que no todo debe tener una explicación... la frase en cuestión tiene su gracia también, teniendo en cuenta que, para Ross, éste va a ser su tercer divorcio. En cualquier caso es difícil entender el diálogo sin estar familiarizado con la serie y, mucho menos, cogerle la gracia jejejeje.

"- Ra: No, Ross, espera un momento. Emm.. yo... tengo que hacerte una pequeña confesión.
- Ro: ¿Qué?
- Emm... todo esto de la boda... fue idea mía.
- ¿Cómo dices?
- Emm... ¿te acuerdas que íbamos tan borrachos que no recordamos nada de aquella noche?
- Sí...
- Pues bueno... yo no quería comentarte nada pero no paraba de pensar en eso y... ¿te acuerdas de que estábamos en el casino y que te pareció que sería muy divertido comer un racimo de uva? Pues a mí me pareció que sería aún más divertido que nos casáramos. Así que, para evitar discusiones, decidimos casarnos primero y, luego, comernos un racimo de uvas.
En fin... siento habernos metido en todo este lío.
- O sea que... si lo piensas bien, todo esto ha sido culpa tuya.
- Sí, pero no te pases...
- Tengo que confesarte que me divorcio de muchas mujeres, pero nunca creí que me divorciaría de ti.
- Lo sé, estaba convencida de que si llegábamos a casarnos, sería para siempre... y no sería un secreto... y no celebraríamos el banquete en un Pizza Hut. (los dos ríen)."
La cosa es que, aunque también el diálogo tiene antes una pequeña discusión entre ambos sobre su historia, la frase en cuestión a la que me refería era la última que escrito de Ross, pues yo jamás creí que podría dejar de sentir por ti algo que no fuera amor. Siempre soñé con que llegaría un momento en que ambos podríamos entendernos el uno al otro de verdad, reírnos de todo esto algún día... aunque tal vez la diferencia siempre fue que nunca quisiste o no pudiste comprenderme, o que tal vez yo nunca supe ver más allá de mis ojos de enamorado... y que, seguramente no fuéramos tan amigos como parecíamos ser porque era demasiado complicado todo en aquel momento. Es posible que fuera el propio miedo a estar el uno sin el otro lo que hacía que volviéramos siempre a este punto de "aparente normalidad", donde todo parecía estar bien aunque el coste de mantenerse firme en medio de todo el dolor que producían todas estas situaciones empezara a ser excesivo para lo que podría seguir aguantando yo mismo, mi cabeza, mi corazón...

Es curioso, después de tanto tiempo, en esta última semana he revivido muchos sentimientos que por aquel entonces eran constantes, aunque con muchas diferencias a la hora de interpretar, de digerir, de convivir con ciertas cosas rondando la cabeza y con miedo a que vuelvan a despertar en el corazón. Me he dado cuenta en estos días que hace muchos meses que me fui a ese lugar, no sé hacia dónde, sólo sé que me perdí. No puedo negar que me da terror pensar que es lo que me sucede a mí lo que describe esta canción cuando dice lo de: "todo cambia y sigue igual y , aunque siempre es diferente, siempre el mismo mar". Es como si hubiese estado dormido o en una especie de "limbo", donde veo pasar el tiempo y donde el mundo sigue girando a mi alrededor con la única diferencia en que en estos últimos meses que han pasado, yo sí he girado y he vivido dentro de ese mundo, he tomado parte de esos días que antes pasaban todos igual, sin nada que contar, intrascendentes sin nada más que lágrimas o estúpidas sonrisas dibujadas en mi cara...aquellos días en que mi reflejo vivía preso dentro de un cristal.

Pero fue hace sólo unos días volví a tener esa sensación extraña de querer encontrarte, de querer verte, de no poder dormir pensando si estarás bien, si piensas en mí como yo lo hago en ti... pero todo ha sido muy diferente, la verdad, no sabría explicar las sensaciones que sentí, pero sí experimenté una gran confusión. Me sentí confundido pues era imposible que, estando a 1.600 km, pudiera distinguir un rostro parecido al tuyo entre la multitud que poblaban las calles de Firenze (Florencia y, también, Pisa donde estuve la semana pasada de viaje). Me sucedió dos o tres veces en ese fin de semana, de lejos, con una voz (no imaginaba que hubiera tanto español en Italia), con una figura, con un cabello, con una cara... tal vez fue el simple hecho de haberlo confundido una vez y haber seguido pensando en ese hecho lo que me llevó a volver a "confundirte" en otras ocasiones... es lo más razonable. Pero, sin duda, lo que me sorprendió de todo fue el haber tenido esa sensación que creía ya bastante olvidada y enterrada.

Tal vez fue la eterna incertidumbre de pensar si me recordarás, si pensaste alguna vez en mí en aquel entonces y si lo volviste a hacer hoy... tal vez fue el hecho de recordar cuántas cosas soñé, tantas noches que no dormí y tantas palabras que callé por poder seguir a tu lado. Tal vez fue miedo a volver a sentir algo parecido al amor en estos días... o sólo fue el miedo a recordarte.

martes, 1 de febrero de 2011

Se me olvidó todo al verte...

"Las cosas pasaron muy deprisa
y los recuerdos tan despacio.
Son tan breves tus sonrisas,
y tanto tiempo el que he esperado.
Para mí jamás te fuiste,
porque el mundo se quedó parado,
aunque ha sido un poco raro...

Ahora, viéndote de nuevo,
me doy cuenta que te eché de menos.
Ahora sé que no soy dueño
de mis sentimientos,

que no importan los problemas
porque, al decirme que te quedas...

Se me olvidó
que me juré olvidarte para siempre.
Se me olvidó
que prometí por una vez ser fuerte.

Y es que, ya ni me acordaba, corazón,
que me gusta tu miradat tanto, amor,
que sigue habiendo algo fuerte entre nosotros dos
y, ahora que te tengo enfrente, nada es diferente.

Me hace tan feliz que vuelvas;
nunca quise que te fueras.
De qué vale tanto orgullo,
tanta estúpida pelea
y perder en un segundo,
lo que has buscado una vida entera.

Se me olvidó
que no he dejado nunca de quererte.
Se me olvidó
que en el amor no vale ser valiente.
"
("Se me olvidó todo al verte"- Alejandro Sanz).

Sinceramente hace ya algún tiempo que quise dejar de escribir aquí, no sé si he llegado a decirlo antes pero lo sentía así, me había dado cuenta de que ha pasado demasiado tiempo de todo esto y, lo más importante, tengo la sensación de que no soy la misma persona que empezó a escribir, lo explico de forma diferente porque ahora también lo siento de otra manera... no quería que hubiera un sentimiento que pudiera pronunciar cada palabra que no fuera el del amor, nada de resentimiento, frustración, o un simple pataleo de niño pequeño (aunque estos sentimientos seguramente hayan estado presentes desde el primer día de un modo u otro jejeje). Me propuse, al menos, escribir una entrada al mes, pero aunque el día por el que voy contando sea ya hace más de un año, me pondré al día dentro de poco, pues el resto de meses han pasado muy deprisa, tal vez demasiado para mí...

En estas últimas semanas he revivido muchos sentimientos, algunos viejos conocidos, otros extraños, que han aparecido y que parecen no querer irse de mis días, pero hay una sensación que hace más año y medio, cuando empecé a escribir este blog, no había tenido en absoluto. La razón por la que escribía era porque era una buena válvula de escape donde poder expresar sentimientos que deseaba gritar pero que ninguna persona conocida podría oir pues terminaría siendo peor el remedio que la enfermedad jejeje. Tal vez sea por lo "peliculero" que siempre he sido, por lo que cuando hace unos meses, viendo la película "Cartas a Julieta" me sentí, de alguna manera y aunque no tenga demasiada relación, en medio de algo similar... escribiendo cartas donde cuento nuestra historia de amor o, más bien, la historia de mi amor por ti, pegándolas en alguna pared (en este caso el blog) para no esperar nada más que la respuesta en forma de comentario de alguien que pudiera leer esto desde alguna parte del mundo, cosa que me llena de alegría puesto que estoy seguro de que si no fueran tan largas y aburridas mis entradas, muchas personas podrían sentirse identificadas con esta historia... experimento una tremenda alegría cuando recibo un aviso por correo de alguien que me ha comentado algo, es como esas personas que en dicha película se encargan de dar respuestas a aquellos enamorados que escriben una carta y la pegan en aquél muro repleto de muchas más como ella, me siento vivo, me siento, de algún modo comprendido, cosa que parece siempre complicada cuando ningún consejo de las personas más cercanas y que nos tanto nos quieren parece contentarnos... Posiblemente sea una cursilería más e, incluso, la más absurda de cuantas he dicho a lo largo de todo este tiempo pero, siempre pensé en ti mientras veía alguna de esas historias de amor (aunque la de esta película en particular sea demasiado típica y con contados momentos salvables), siempre soñé con vivir una bonitas historias contigo, que desde lejos hablaran de nuestro amor y que éste fuera leyenda...

La cuestión es que, sí, volviste a aparecer después de todo lo que me llegaste a decir la última vez antes de irte. Me abres la ventana en el messenger y me dices que sabías que no te estaba diciendo la verdad, que te había estado ignorando en este tiempo y que yo me pensaba que te lo ibas a creer todo como una tonta pero que no era así... ahora ya sabías "la verdad", la razón (evidente) de por qué había preferido hacerme un poco a un lado y dejar que se enfriara durante un tiempo todo; aunque tú no lo llamaras así en absoluto...

Ya sabía desde la otra noche en que ambos hablábamos con aquella amiga común nuestra (con la que tú también estabas hablando por el msn mientras yo explicaba el por qué de todo esto tal y como lo sentía) que todo esto podría significar un nuevo traspieés dentro de este camino de amargos sentimientos contínuamente entrelazados de amor y dolor aunque, sinceramente, como siempre (y ahora más que nunca), desconocía cómo interpretarías tú ese momento de flaqueza mío en el que, de algún modo, expresé parte de cuanto me oprimía en el pecho, un "discursito" que siempre te quise ahorrar oir, precisamente, mediante este distanciamiento, sólo que tu "curiosidad" (como así lo llamabas tú misma) forzó una situación más donde un corazón ya muy fatigado no podía hacer más que intentar esconderse... la verdad es que nunca entendí por qué lo hacías a pesar de todo.

El deseo, tal vez razonable, de que tras aquel último capítulo debía de empezar a intentar dejar de sufrir, olvidarte como fuese, privarme de lo que me daba el aire, la vida y, sin embargo, cada vez una mayor sensación de que el siempre iluso sentimiento de alegría, nada tenía que hacer frente al abatimiento que suponía el bajar de esa nube súbitamente para sumirme en la más profunda tristeza, en el vacío, en caer sin saber hacia dónde... la cabeza parecía tener muy claro que este viaje en montaña rusa debía terminar, ya no parecía necesario subir para experimentar aquella sensación de bajón, se asimilaba más a una caida libre que tampoco tomaba apenas altura pero que descendía muy profundo hasta quemar.

Tal vez era lo mejor, pero no hay momentos en que poder decidir y hacer el dejar de sentir algo y, muchísimo menos, para dejar de sentir amor... porque él es así de estúpido a veces, porque el amor suele ser irracional. En cualquier caso, la canción de hoy habla por sí sola, bastaba con volverte a ver para que todo lo que había conseguido en tu ausencia (si es que había conseguido algo que no fuera sufrir), se viniera abajo dándole a este cansado corazón un enésimo vuelco. Era curioso, pues, en medio de toda esta situación, ni yo te había declarado la guerra ni tú me firmabas la paz.

Y, sí, parece mentira que haya pasado tanto tiempo desde que te conocí y algo menos desde que me supe enamorado de ti, no me lo puedo creer cuando me atrevo a echar la vista atrás lo deprisa que han pasado todos estos años y lo largos que se hicieron los días y noches llorándote tentido en mi habitación, en la ducha bajo el grifo o mientras caminaba por la calle y me tenía que sentar en un portal cualquiera. Pero tengo que rescatar también de esta canción (aunque parece que la escribió para mí mismo) el hecho de que todo ha sido un poco raro, cómo parecía que el mundo que me rodeaba dejaba de girar en ausencia de ti y bastaba sólo una sonrisa tuya para despertar de repente, iluminado por ese sol radiante y más maravilloso en que podías convertir cualquier día...

También describe mucho de cuanto sentí en aquellos días (y que suelo recordar más a menudo de lo que yo mismo quisiera) cuando dice aquello de "y perder en un segundo lo que has buscado una vida entera"... A día de hoy no he podido hallar cuál fue ese segundo en que perdí lo que más quería en esta vida, tal vez nunca pueda encontrarlo por la simple razón de que no se puede perder lo que nunca se tuvo. Tal vez por ello sigo recordando muchas cosas como si fueran hoy mismo, porque la peor nostalgia es añorar lo que nunca, jamás sucedió... (y qué gran verdad). Pero en aquel momento sólo me consolaba de algún modo el saber que cada segundo de todo ese tiempo lo dediqué a intentar hacerte feliz, aunque significara sentirte cada vez más lejos y condenarme a mí mismo un poco más en silencio. Solía venir muy a menudo a mi cabeza una frase que nunca he podido borrar del libro "Luna Nueva" cuando Eduard se marcha y deja a Bella, (no sé si ya lo he dicho antes, pero la verdad es que me sonaba casi a diario y, mucho más, durante estos días) y que decía: "era una forma muy dura de vivir: prohibiéndome recordar, y aterrorizada por el olvido".

De aquella noche no hay gran cosa que decir, pues sólo querías oir de mí (y no sé para qué) que había decidido mantener cierta distancia ahora que eras feliz e intentar dejar de sufrir tanto ante todo haciéndome a un lado... de todos modos, nunca supe si lo llegaste a comprender o si sólo contribuyó a reforzar tu versión de que yo, el "pobre enamorado", te ignoraba; y tú, la "cabrona" a los ojos de todos, habías tenido que preguntarme si me pasaba algo, lo que no sería tan extraño si tan especial y única era nuestra amistad, al menos aparentemente. De todos modos, bastó esa aparente normalidad para volver a dibujarme esa ilusa y estúpida sonrisa en la cara, haciendo que no pareciera tan terrible ni reciente todo lo que me habías llegado a decir sólo horas antes, incluso bromeé diciéndote que parecías "endemoniada" y enviándote la conversación que había guardado para poder leer en frío tras aquella noche (y para releer una y otra vez, haciéndome daño tontamente hasta hoy...).

Como por arte de magia o por cualquier otra cosa que se le quiera llamar, todo cambió sólo en cuestión de horas, volvía a ver cómo pasaba del más terrible dolor a sonreir como un idiota aun sabiendo que no tenía razones para hacerlo porque sabía que todo esto me estaba ya haciendo demasiado daño y, a pesar de todo, seguía empeñado en seguir sufriendo lo que fuese necesario para que te dieras cuenta por fin de cuánto te quería... de todos modos, aquellas palabras habían calado muy hondo tanto en mi cabeza como en mi corazón, habían provocado demasiado daño que ahora ni siquiera te parabas a preguntar si había sido así.

Aquella noche estuvimos hasta tardísimo hablando y diciendo tonterías en plan broma, todo había vuelto a aquella normalidad que tanto desgaste provocaba en mi corazón, esa normalidad que había prometido olvidar y, por una vez, ser fuerte para alejarme de ella ya que no era normal, parecía ser muy poco razonable cuando me paraba a pensar en el sentido que tenía el estar expuesto a tanto dolor.

De un modo u otro, habías vuelto, era eso lo que importaba, y nada iba a poder quitarme esa tonta alegría dentro de mí. Al menos durante aquel día en que nadie podría callar a ese corazón extasiado que no atendería a razones durante, al menos, algunas horas.